miércoles, 22 de diciembre de 2010

Lejos y cerca

Ni siquiera el tiempo que le tomó la renovación del instrumental frenó la productividad de Curiojo, quien aún mantiene la convicción de pausar la dinamicidad de la visión en el fondo de su caja negra y brindarnos imágenes como ésta:


Y es que ahora, después del montón de agua que ha pasado por debajo del puente (y recientemente por encima también), hemos comenzado un ejercicio introspectivo-prospectivo conductual del conglomerado social en el que habitamos y formamos parte, con el fin de respondernos, o mejor dicho, determinar hacia dónde vamos.

Y la gráfica anterior no lo puede describir mejor: para el progreso el cielo es el límite. La inclusión en nuestro humanismo endógeno_autóctono_idiosincrático_colectivo no conoce barreras pero, ¿el balance de nuestras acciones lo tenemos claro?.

Hoy por hoy se percibe muy de cerca la corresponsabilidad social para generar la mayor suma de felicidad posible, pero la sinceridad en el colectivo parece muy lejana de alcanzar y como la cabina de la izquierda, viaja vacía y ausente entre todos nosotros sin que ninguno se atreva a montarse en ella.


eLe-Gé Pé

domingo, 8 de agosto de 2010

Había una vez un barquito chiquitico....

... que no podía, que no podía navegar.


Y aunque no sé realmente cuántas semanas habían pasado, parecía que del carenero lo habían pasado al dique seco y de ningún modo podía, pero que no podía navegar.



eLeGé-Pé
Foto cortesía de PonteRutaPolis

jueves, 1 de abril de 2010

Sobre Imperios y Monumentos II

A propósito de la frase final de la entrada anterior.



Foto cortesía de PonteRutaPolis.

Sobre Imperios y Monumentos


De su periplo itálico Curiojo se trajo en su caja negra una gráfica de lo que fue el Templo de Saturno en el Foro Romano.

Junto al pana veía la imagen y no dejaba de venirme a la mente una frase que parafraseada dice algo así como: "no quiero ser héroe porque al final simplemente me convertiré en estatua y frente a los pájaros las estatuas dan pena".

Y es que sólo una proeza de la arquitectura tan monumental como la que se ve en la imagen pueda ser construida por un imperio pero, tanta energía y recursos para que al final sólo trasciendan estos monumentos (o ruinas por el paso de los años, como es en este caso) y de la esencia imperial sólo quede lo registrado en los libros y los conocimientos proto-tecnológicos que serán siempre mejorados por la constante evolución del intelecto en generaciones futuras.

Según lo enseñan en los libros la historia es cíclica, y la excesiva monopolización de los recursos y el poder por parte del imperio siempre tendrá su oponente de fuerza y balance en la "des-monopolización" (o mejor dicho: democratización) que emana del inmutable deseo de ser felices de las mayorías oprimidas, expoliadas y excluidas, quienes saben que la esencia de la persona humana trasciende a través de los lazos inmateriales que crea en su entorno social, mientras que los papeles llenos de guarismos se los comen las polillas, así como las obras y demás productos que hoy nos impone consumir el imperio caducan y se vencen, dejándonos grandes monumentos donde hasta los pájaros se c.....

eLeGé-Pé
Foto cortesía de PonteRutaPolis

lunes, 15 de marzo de 2010

Calima

Dícese de la bruma que empaña el azul de la cúpula desde el alba y que colorea de naranja al astro rey en su crepúsculo.


En efecto, la sequía aguda que le trajo a los caraqueños un niño jesús de esos apodado "El Niño", ha brindado un espectáculo visual poco llamativo y tal vez hasta más depresivo que un mes lluvioso en plenas vacaciones escolares.
Curiojo trajo esta gráfica desde el pulmón vegetal capitalino (que ahora arde y se maquilla ante nosotros con una polvareda que colorea de grises sus hojas amarillas, tostadas al sol).
En ella ¿vemos? al valle, ardiendo entre sus fuentes constantes de CO2 que matizan y perfuman el entorno con el tono gris carbónico igual al del cemento que acompaña nuestros pasos cuando nos adentramos en ella.
Allá en las alturas Curiojo me comenta que la bruma es lo que ves, mientras que acá, al nivel más social, la calina se percibe como el aroma que impregna esa brisa que irrita y enfatiza la sensación de sed.
Pero sed de seguir bebiendo gasolina; de levantar montañas de metal y piedras; de acumular guarismos en papeles y más papeles y; en general, de parasitar la Pachamama hasta donde la "sustentabilidad" lo permita.

Pero le digo al pana:
- Bro, es ingenuo pensar como los verdes y creer que la Pachamama (hoy que por fin la asumimos como ser viviente que es) está sufriendo y sintiéndose amenazada por el avasallante consumismo postmodernista y depredador; cuando la Pachamama es nosotros y más.
Conclusión de Curiojo:
- Entonces, ¡hay que abrir los ojos papá!, porque la verdadera amenaza es a nuestra propia existencia.

Por eso debemos asumir una conducta responsable y dejar de creer que los daños recaen en ella sólo para aparecer políticamente correctos ante el establishment neoliberal capitalistoide, ya que si al final la Pachamama puede trascender más allá de las personas, ella sólo se ríe de nosotros en el circo que nos ha dispuesto y en el cual nos observa con plena conciencia del final del acto.


eLe-Gé Pé

martes, 9 de febrero de 2010

Árboles en el camino

Testigos obligados de la modernidad, del "desarrollo" y de las aventuras y desventuras viales, estos compañeros maderados y vestidos con pequeñas hojas clorofiladas, aparecen hoy en la selección que Curiojo reflejó en su caja negra, durante sus paseos micro-vacacionales hacia el naciente venezolano.


Sin pudor ni pena, tenemos este semidesnudo natural.



Aquí vemos dos morochos que al ritmo del viento ondeaban sus afloradas ramas saludando a los viajeros.



Trastocados en su apariencia natural por la mano humana, éstos siguen mostrando igual su bella composición pluricolor, denotando sus fases de constante renovación.



Vástago que desde temprano sigue el ejemplo y destino de su progenitor, descansados sobre alfombra de gamelote amarillo.



Ahora sí, un desnudo. Eso sí, artísticamente bien situado para mostrarse orgulloso ante los circulantes que en contraste con el azul del cielo, observan su definida silueta.



Un tenaz siempre verde, que a pesar de El Niño, el hollín y el CO2, se da a la tarea de acobijar bajo sus ramas el lugar más fresco de esa sabana por la que se pierde la carretera.



Catire que asoma su cresta en la llanura llamando a la lluvia, para ofrendarle en agradecimiento las semillas de sus flores.



Otros catiritos que prometen en su florecer. La lluvia que los tienta, los alienta. El gamelote que les cuida la base y que juntos reclaman el espacio ancestral que les es propio.



Más color en la sequía, porque su fuerza vital es el todo y saber llegar tan lejos, tan viejos y tan fuertes, no radica en lo llamativo de sus hojas sino en lo sublime de su interrelación plena con el entorno.



No en vano son la realización cuasi perfecta de la existencia misma de la vida. Dar y recibir. A veces dan más de lo que reciben. Pero, es tan infalible, eterno e infinito, que aún con ligeras variaciones el esquema es prácticamente igual, pero difiere lo suficiente como para maximizar la diversidad y la abundancia.


eLeGé-Pé