jueves, 3 de diciembre de 2009

Héroes de los espacios públicos

Mientras los astros que protagonizan la escena sideral, andaban jugando a la guayaqueta por el saliente y el poniente, caminaba Curiojo deseoso de instantes luminosos que registrar en el fondo de su caja negra.
Sabiendo que a partir de esas horas comienza a aparecer lo subterráneo, lo excluido, lo que muchos saben pero pocos ven y a muchos ni le interesa, Curiojo arriba al cuadrante Mercedes Altagracia Salas Mijares, al cual sólo los baqueanos -o los curiosos- habitantes piemonteses del Guaraira Repano saben llegar (el pana llegó con mapa y por pura casualidad).
Haces de luz tenue, componen la jovial y agitada movida que se daba sobre 4 firmes ruedas bajo la tabla que acusa el desgaste propio del autodidactismo y al que Curiojo se lanzó presto y ávido.
Acercándose, cual tímido aprendiz, se cuela en la movida como alentador de ganas -y registrador de piruetas- sacando desde la penumbra momentos varios:



Sin luz suficiente que muestre el verdadero brillo de estos entusiastas de la tabla, aquí Curiojo me entregó algunos momentos cuando la destreza, la habilidad y los sueños se manifiestan y demuestran que la perseverancia y el talento siempre brillan; a pesar de que a esa hora muchos no quieran ver ni saber -por la paranoia, el miedo infundado y el entreguismo conformista-.
Curiojo dió título a esta serie como reconocimiento al disfrute que en las horas de desasosiego social metropolitano, hacen unos pocos que ponen las ganas, la razón, la buena fé, los sueños y la vida en el aire, para iluminar la tenue penumbra del ocaso capitalino.