martes, 17 de noviembre de 2009

Legos, moles y vida

Veíamos esta gráfica y Curiojo decía:
"Vidrio, concreto y acero, aquí hay una ensalada gourmet del ingenio humano, donde el ornamento son los siempre verdes, solitarios y rebeldes que nos recuerdan que antes de jugar con legos, jugábamos con tierra"
En efecto, 3 legos encaramados y sin armonía cromática copan el tapiz celeste, mientras son adornados, cual perejil rizado, por una solitaria copa verdecita.
Recuerda el pana que esas moles ensombrecen la Avenida, mientras que en la plaza, -a pocos metros distantes- apenas queda espacio para que la naturaleza retome sus predios.
Porque en esta ciudad la fresca brisa de aromas verdosos fue sustituida por la ardiente bruma cuyo hedor carbónico recuerda al gris que pisamos a diario.
Sin embargo, la imagen que arriba se ve pasa muchas veces inadvertida por la mayoría de los caminantes que andan por el casco histórico caraqueño.
Apenas pocos centímetros más arriba de nuestro horizonte inconsciente, hay una realidad que abruma, tanto como el calor de ese mediodía cuando Curiojo disparó.