lunes, 25 de enero de 2010

Del mayoreo cochense al detallista veneciano

Esta vez Curiojo me da una gráfica que me dejó sin espich.
Pero, dialogando sobre la misma y sus colores surreales, brillos casi plásticos, orden obsesivo y composición típica de revista dominical, entramos en la diatriba retórica de lo que ella misma refleja en el entorno para el cual ella existe, o sea, la calidad del mercado detallista.
Decía Curiojo que la agridulce sensación de impresión-confusión que le sobrevino al observar la imagen se debía a la imperiosa necesidad de trabajar en el subconsciente del colectivo social para abandonar las creencias equivocadas y malintencionadas que les han sido impresas a nuestro ideario popular, que plantean el sacrificio de la calidad por la mayor cantidad a menor precio.
Si en pequeña escala se puede lograr la satisfacción tanto visual como alimentaria ¿para qué seguir con la promoción de los modelos de gran volumen, irrespetuosos de la diversidad y calidad natural -o sea con modificaciones genéticas añadidas- y no experimentar en el mejoramiento de la distribución de la producción de los huertos locales -léase conucos- que generen bastimento de calidad, digno de un buen consumidor?.
Como dije antes, me quedé sin espich para la imagen, porque simplemente me pareció una gráfica ar#$%&ísima en colores y detalles que brillan por sí solos.
Pero, estando totalmente de acuerdo con el pana hay que alzar la consigna:
"El mayoreo para las uniformizantes cadenas de transformación industrial"
Para nosotros, los mortales de pedal y bomba, pediría un kilo del rojo rojito que aparece en el centro, pa' montar la salsa de los espaguetis.
Y además, me apuntaría también un buen ají y un paquetico de cilantro, así como la patilla pa'l juguito y..... ¡buen apetito!.

eLeGé-Pé